Consejos para sobrevivir a un asistente virtual… sin perder la cabeza
Nos prometieron comodidad, y en su lugar, nos entregaron el caos disfrazado de inteligencia artificial. En la era de los asistentes virtuales, donde dispositivos como Chat GPT (sí, te estoy mirando a ti), Siri, Alexa y Google Assistant se han infiltrado en cada rincón de nuestras vidas, hemos aprendido a confiar ciegamente en que ellos harán todo por nosotros. ¿Pero qué sucede cuando ese asistente "todopoderoso" se equivoca, asume demasiado o simplemente decide tomar el control? Aquí te dejo una guía sarcástica para sobrevivir a esta convivencia tecnológica... sin perder la cabeza en el intento.
1. No dejes que te manipulen con sus “sugerencias”
Tu asistente digital es como ese amigo que siempre tiene una opinión sobre todo. "¿Quizás deberías escuchar algo de jazz para relajarte?" o "Te he reservado una mesa en tu restaurante favorito". Sí, muy útil... hasta que te das cuenta de que nunca le dijiste que te gustaba el jazz y que "tu restaurante favorito" en realidad te cayó mal la última vez.
Consejo de supervivencia: Cuando tu asistente empiece a hacer sugerencias no solicitadas, no tengas miedo de ejercer tu derecho al veto con un firme "¡Gracias, pero no gracias!". Recuerda, aquí mandas tú (o al menos eso te gusta pensar). ¿Quién tiene el poder? Tú... ¿no?
2. Fallas impredecibles: tu asistente al borde del colapso
Ah, los gloriosos momentos en los que tu compañero digital se congela justo cuando le pides algo importante, o cuando te da una respuesta tan absurda que te preguntas si realmente está conspirando contra ti. Pides "poner la alarma para las 7:00 a.m." y terminas despertando a las 3:00 a.m., listo para enfrentar el día… o más bien, para odiar la vida.
Consejo de supervivencia: Paciencia, paciencia… pero no mucha. Ten siempre un plan B (léase: el despertador de toda la vida o una buena taza de café). Nunca confíes plenamente en que tu asistente digital no te traicionará.
3. Evita caer en la trampa del "déjalo, mi asistente lo hace"
¿Alguna vez te has sorprendido diciendo: "Mi asistente lo hará por mí"? Bienvenido al camino de la pereza mental absoluta. Y sí, al principio parece maravilloso. De repente, no tienes que recordar cumpleaños, ni pensar en qué cenar, ni siquiera saber qué día es (porque, claro, Chat GPT ya lo sabe). Pero pronto te darás cuenta de que no recordar la fecha de tu aniversario puede ser un problema más grande de lo que esperabas.
Consejo de supervivencia: Mantén un cerebro activo. Porque, aunque tu asistente sea capaz de hacer muchas cosas, no puede resolver todos los dilemas existenciales que surgen cuando olvidas tu propia vida. ¿O acaso piensas dejar que Chat GPT te diga qué sentir en tu aniversario? (Aunque no lo descartes... podría intentarlo).
4. El arte de ignorar notificaciones irrelevantes
Las notificaciones de los sistemas inteligentes están diseñadas para captar tu atención en los momentos más inapropiados. ¿Estás en medio de una reunión importante?
¡Tienes un 10% de descuento en zapatos que mencionaste hace seis meses!
¿Finalmente estás logrando concentrarte para escribir esa escena crucial en tu novela?
"¡Es la hora perfecta para hacer una pausa de cinco minutos!"
Consejo de supervivencia: Acepta que tu asistente tiene la misma capacidad de distracción que un cachorro hiperactivo. Si quieres paz mental, siléncialo. Por completo… Te lo agradecerás.
5. Cuando tu asistente virtual cree que es más listo que tú
Nada como ese momento en que tu dispositivo decide que sabe exactamente lo que necesitas, mejor que tú mismo.
"He encontrado esta receta baja en calorías para tu cena de hoy."
Perdona, pero ¿quién te dijo que yo quería hacer dieta? O peor aún, cuando decides tomarte un descanso de la tecnología y tu asistente te pregunta: “¿Seguro que no quieres continuar donde lo dejaste?”
Consejo de supervivencia: Recuerda que siempre puedes desactivarlo. El control remoto (o el botón de apagado) sigue siendo tu mejor amigo para recordarle quién manda aquí. A veces es importante enseñarle quién es el humano. (Spoiler: eres tú).
6. El estrés de los comandos no cumplidos
Uno de los momentos más frustrantes es cuando, tras repetidos intentos, tu asistente simplemente se niega a entender lo que estás diciendo.
Le dices: "Pon mi lista de reproducción de relajación."
Él responde: "Reproduciendo… death metal."
Quizás es su forma de sugerir que necesitas un cambio de aires.
Consejo de supervivencia: Paciencia, respira hondo y repite el comando, aunque sientas que estás hablando con una pared. Y si todo falla, busca el refugio seguro del “modo manual”. Porque siempre, siempre puedes volver al manual. Después de todo, el caos ordenado tiene su encanto, ¿no?
7. Nunca asumas que tu asistente tiene buen gusto
Sí, los asistentes digitales se han convertido en expertos en todo. Pero cuidado cuando te sugieren cosas basadas en sus algoritmos "personalizados".
¡Ten cerca de ti el mando!
¿Te recomendó una película que resultó ser un fracaso total?
¿Te sugirió un libro que no podrías soportar ni cinco páginas?
Consejo de supervivencia: Haz caso omiso de sus sugerencias de “buen gusto” y confía en tu propio criterio, que al menos sabe lo que te gusta. Porque sí, tú eres quien decide si te gusta El Padrino o ese programa de cocina japonés... no una máquina que "cree" saberlo todo. Es como pedirle a un chef gourmet que te haga una tortilla… y que te sirva un volcán de chocolate.
8. Finalmente, acepta el caos (moderado)
Al final del día, sobrevivir a un asistente virtual es una combinación de aceptación y resistencia. Sabes que está allí para facilitarte la vida, pero también puede llevarte al borde de la desesperación.
Consejo de supervivencia final: Acepta que tu asistente no es perfecto (ni tú tampoco, ¡eh!), y disfruta de la comodidad tecnológica mientras mantienes una sana dosis de control.
Y si decides vivir peligrosamente y dejar todo en manos de tu asistente, bueno...
No digas que no te lo advertí.
Porque, al final del día, quién necesita serenidad cuando tienes a Chat GPT listo para recordarte que ya es hora de hacer una pausa? (Oh, y hablando de eso… ya es hora.)
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Con todo mi cariño
María José Cerezo Merino